Estimados hermanos en Cristo. Paz y Bien:

Adjunto a este correo envío carta de la Sra. Hermana Mayor en relación con la pandemia del Coronavirus COVID-19.

#Yomequedoencasa

Un fraternal saludo.  Carta COVID-19

 

Queridos hermanos. Paz y Bien:

Os escribo estas líneas para compartir con vosotros una reflexión optimista dentro de este
confinamiento que estamos viviendo y que nos obliga a cambios en nuestras vidas diarias.

Porque no todo es negativo por más que la situación sea muy grave. Estamos viendo la solidaridad de
la gente, la capacidad de invención de los vecinos que tenemos la suerte de tener, los voluntarios
que se ofrecen a ayudar a los que lo necesitan, el personal sanitario que nos cuida, todas las
personas que se afanan para que no nos falten alimentos, y los que trabajan a destajo para
garantizar la seguridad de todos.

El Economato de la Fundación Casco Antiguo sigue abierto gracias al trabajo de los voluntarios que
pueden ayudar en estas circunstancias tan complicadas. También los comedores sociales, que
continúan con su labor diaria.

Pero también quiero pediros que cada uno de nosotros, individualmente, sigamos haciendo un esfuerzo
por ayudar a los demás. A veces esa ayuda será llamar por teléfono a un hermano que sabemos que
está solo para que charle un rato, hacer la compra a los mayores que tenemos en nuestro entorno o,
simplemente, reenviar un chiste que nos ha llegado a través de las redes sociales para sacar una
sonrisa. Otras veces será ofrecer nuestro confinamiento diario a la Divina Pastora para que Ella
nos ayude a salir de esta situación lo antes posible.

Yo, personalmente, me pongo especialmente a vuestra disposición en estos momentos por si puedo
seros de ayuda en alguna cosa.

También podemos seguir con nuestras prácticas religiosas cuaresmales aprovechando los medios
tecnológicos. Ya sabéis que hay hermandades (el Gran Poder o la Macarena) que nos ofrecen la misa
diaria por Internet, pero también podemos practicar el ayuno y la abstinencia como un símbolo de
nuestra conversión.

La Semana Santa se celebrará porque Jesucristo morirá por nosotros y también celebraremos la Pascua
y la Resurrección. Serán tiempos de Gloria aunque no sepamos muy bien cómo los vamos a afrontar.

Tal vez la paciencia, el buen humor y la resiliencia sean los mandatos de Dios para este particular
año.

Las circunstancias también nos facilitan tiempo para meditar, rezar y estar a solas a través de la
oración con Dios que nos reconforta como Padre que es. «El Señor es mi Pastor nada me falta».

Todos sabemos que la Divina Pastora de las Almas nos cuida y nos arropa. Dejémonos guiar por Ella y
pongámonos en sus manos.

Divina Pastora de las Almas, ruega por nosotros

Un fraternal abrazo.

María Dolores Benot López
Hermana Mayor